Libertad y nacionalismos
Una verdadera lucha por la libertad (por la tuya y la mía) la que está protagonizando la alcaldesa de Lizarza, Regina Otaola, aun a riesgo de su propia vida.
Sirva este artículo de El Perdíu para ampliar la opinión sobre el tema: "Mujeres (I)"
A veces, la libertad cabe en un gesto. En un Estado democrático y de derecho, la dignidad de los actos y la coherencia de los pensamientos y las acciones no se mide por manifestarse contra guerras lejanas o contra gobiernos legales. No. La dignidad se mide por dar la cara cuando hay riesgo real de que a uno se la partan. Por estar en la primera línea sabiendo que “es duro vivir / en la línea del frente”.
Acosada y amenazada por nacionalistas que sólo entienden su visión del mundo y la quieren imponer de cualquier manera a los demás... o exterminarlos.
Sirva este brillante texto de xman como crítica al nacionalismo: "y Carod-Rovira se siente catalán"
A las siete de la mañana suena su despertador japonés y Carod-Rovira se siente catalán.
1 comentario:
Aunque estoy de acuerdo con la crítica que hace xman a los nacionalismos (yo la entiendo como crítica a los nacionalismos extremos) y reconociendo también el valor de la alcaldesa que se está jugando la vida, también quiero decir que en este último caso se trata, desde mi punto de vista, de una perversión de la democracia.
Siempre me he mostrado en desacuerdo con la ley de partidos, entiendo que hay medios legales para defenderse de los que colaboran con el terrorismo sin necesidad de aplicar ese engendro de ley.
Y es que al aplicarla nos hemos encontrado con lo que ha pasado en Lizarza, una alcaldesa que ha llegado al poder con solo 27 votos sobre más de 300.
Con un apoyo tan minoritario por parte de los habitantes de Lizarza no puede esperar que el pueblo la apoye, aunque por supuesto los insultos y amenazas de muerte deberán ser perseguidos y castigados.
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