De la serie Soy Liberal porque aspiro a un mundo mejor para todos.
Otra edición más del resumen semanal. Destaco lo que más me ha gustado de cada artículo.
El Estado es visto socialmente como padre pero lo que hace es aborreganos para su propio beneficio. Lo que me ha gustado de este artículo es la afirmación, que comparto, que al pensar que algo o alguien te proveerá de bienestar, una buena parte de la sociedad no se hace responsable de sus propias decisiones. No se da cuenta de que sus pequeñas decisiones diarias influyen en su propio futuro, y simplemente echan la culpa a otros y luego mamar de la teta del Estado. Estado que anteriormente te lo ha cobrado, y bien, con sus impuestos.
"El estado es la gran ficción a través de la cual todo el mundo trata de vivir a costa de todos los demás" - Frédéric Bastiat
Cuando el Estado devora el ahorro de sus ciudadanos « LA LIBERTAD Y LA LEYFruto de esta presión justificada en principios como la garantía común de la previsión de infortunios o directamente la vejez, nace un individuo incapaz, por lo general, de afrontar su propia existencia disciplinando su voluntad, interiorizando los costes de sus acciones y calculando y especulando respecto a su futuro próximo o lejano.
CrisisLa década perdida. La cultura del ladrillo. Ningún gobierno tuvo la visión o las ganas de reconducir la economía a otros sectores más productivos. Ahora los de a pie pagamos esa nula visión.
España en crisis tras la década perdida: Y ahora qué? (I)La última década, en la que hemos experimentado el mayor crecimiento económico de nuestra historia, será recordada simple y llanamente como la década perdida. Hemos perdido una gran oportunidad para establecer un modelo económico sostenible
Las medidas de rescate nos pretenden conducir a la misma situación que nos llevó a la crisis.
Hasta la última gota « LA LIBERTAD Y LA LEYLa esperanza de todos es que la captación de recursos y ulterior asignación contribuya a la activación del crédito y la vuelta a la expansión, única vía tomada en cuenta para salir de la crisis. El error es manifiesto dado que la crisis no es sino el reajuste de una situación desaforada de exuberancia irracional, malas inversiones y dinero artificialmente abundante y barato.
Más gasto, menos impuestos y más dinero en circulación « LA LIBERTAD Y LA LEYParecen no comprender que todo ese dinero sale de algún lado. La capacidad de ahorro global está siendo engullida por las necesidades de los Estados (...)
Los gobiernos ofrecen condiciones favorables pero asignan el ahorro captado en salvar y perpetuar las viejas y equivocadas inversiones. Contribuyen a retrasar o impedir el reajuste. Además comprometen a las próximas generaciones con un endeudamiento desbocado y generan las distorsiones que nos harán caer en la larga depresión que nos espera, o, en el mejor de los casos, en las próximas crisis económicas.
Sobre inflación y deflación
Los intervencionistas y el miedo a la Deflación « LA LIBERTAD Y LA LEYLos gobiernos apuestan por la inflación como última baza. Cuando sus planes de rescate fracasen dejando su deuda por los cielos, qué mejor que paladas y paladas de dinero, otra expansión crediticia, para salir de esta crisis, no corregir los excesos de la actual, y postergar unos años sus efectos, aumentados, eso sí, con la nueva inyección creando nuevas burbujas y nuevos desajustes.
Yendo a lo práctico, en este post hay un cuadro de los CDS de los bancos. Recordemos que el
CDS es una medida del riesgo de quiebra de un banco. Interesante para saber si tus ahorros están seguros:
No hay tregua: el riesgo de impago de las entidades financieras españolas alcanza máximosLa propaganda frente a la dura realidadEstán muy bien las campañas de ahorro, pero hay que darse cuenta de que lo que logremos ahorrar en una cosa muy probablemente lo gastemos en otra. Si no somos conscientes de esto (y la propaganda siempre se queda en el mensaje bonito y biempensante), no haremos un verdadero ahorro.
De este post me ha llamado la atención no el texto sino el primer comentario.
Problemas globales « LA LIBERTAD Y LA LEYLo que uno se “ahorra” en energía se lo gasta en prendas de vestir, complementos, reformar la casa, irse de viaje… Todas esas actividades exigen consumo energético.