lunes, 15 de diciembre de 2008

La Semana Liberal (15-dic-2008)

De la serie Soy Liberal porque aspiro a un mundo mejor para todos.

Tenemos el estatismo tan implantado en la mente que se hace difícil pensar de otra manera, asumiendo como cosas "naturales" hechos que pueden tener otros puntos de vista u otras formas de organización.
Cuando te topas con pensamientos liberales sobre cosas en las que nunca habías reparado es cuando te das cuenta de cuan "estatalizados" estamos.
En algunos casos pueden ser cosas de menor importancia. O bien que la solución liberal sea menos práctica, lo cual no implica que sea menos justa ya que ¿qué hay más justo para un individuo que decidir sobre su propio destino?
Un ejemplo de algo que yo nunca había considerado que pudiera ser de otra manera:
Contra las fiestas estatales - La Libertad y La Ley

¿Mercado libre? Ja.

Hay quien desea ver en la actual crisis una demostración de lo malos que son los mercados, de lo buenos que son los políticos, y de que cuanto más intervención mejor. Para ellos vivimos en un mundo desregulado, liberalizado y e hiperempresarializado. Ya. El Estado debe hacerse cargo de la situación. Ya. Y uno mira los datos de nuestra economía y de las de nuestro entorno y se encuentra con que más del 40% del PIB esta en manos del sector público (si, de los políticos). Practicamente la mitad. Pero es que el otro 60% se halla sujeta a multitud de normativas, regulaciones e intervenciones públicas.

La autocensura empresarial - El Blog Salmón

Crisis

¿Hubo ausencia de regulación? No. ¿Es necesaria regulación? Sí, pero una buena y mínima regulación. Como dice el refrán "hecha la ley, hecha la trampa". En el pasado hubo crisis provocadas por otros tipos de productos financieros. Se prohibieron, pero eso no evitó que se crearan nuevos productos diseñados para esquivar las regulaciones existentes. Eso seguirá ocurriendo inevitablemente. Por eso hay que ir al fondo de la cuestión y establecer bases más sólidas.
Crisis Financiera (3): Neo-Intervencionismo - Sala-i-Martín

La pregunta clave es: ¿por qué ha fallado la regulación existente? La respuesta es que los políticos que escriben las reglas son incapaces de prever por dónde vienen las crisis. (...) El problema es que todo eso será demasiado tarde para solucionar la crisis del presente… y no resolverá las del futuro. Porque las próximas crisis ni van estar causadas por familias subprime, ni van a tener que ver con “conduits” o “credit default swaps”. ¿Por dónde van a venir? Pues no lo sé. Nadie lo sabe. ¡Ése es el problema!


El último Nobel de economía Paul Krugman aboga por aumento de gasto público sin límite. Lo que no entiendo del argumento es porque si esta política es tan buena para salir de una crisis como la actual, en cambio no es una buena política para aplicarla en tiempos de bonanza para acelerar aun más el crecimiento.
Pone como contraejemplo dos situaciones históricas donde la reducción del gasto público y el aumento de los impuestos llevó a una menor inversión privada y por lo tanto un alargamiento de la recesión. Pero, sin ánimo de contradecir a un Nobel, ¿no será que el problema no fue la contracción del gasto público sino que fue la subida de impuestos que impidió que el ahorro del gasto público fuera a parar a los agentes económicos? ¿no será una buena receta el devolver dinero a la gente en forma de menos impuestos?
Deficits and the Future - Paul Krugman

Foto Red Christmas por krisdecurtis (licencia CC:by)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

El estado decide qué días son festivos -> el individuo no tiene libertad -> es mejor que empresas y trabajadores decidan cuándo son los festivos -> el empresario decide que no hay festivos :)
Y siguiendo con el ejemplo tonto, seguramente el individuo libre podría decidir trabajar en otra empresa que sí le ofrezca festivos pero, mientras lo encuentra, pide al estado que le pague el paro (¿o no?) :)

Y es que, a mí, el liberalismo no me termina de convencer :-)


Un saludo.

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James Bond

pululante dijo...

En este caso lo que quería destacar es el "choque" mental que me produce en ocasiones el comprender que hay cosas que tenemos tan asumidas que no pensamos que puedan ser de otra forma.
Por ejemplo, a mí nunca se me había ocurrido que los festivos se pudieran acordar de otra forma.

Por mi parte no digo que el modelo liberal siempre sea el más práctico y de mayores beneficios. Quizá el establecimiento de festivos comunes produzca un mayor beneficio común. O no. Ni idea.

El problema del Estado es que su voracidad no tiene límites. Una vez que empieza una injerencia del Estado (los festivos), el Estado sigue acotando y delimitando más y más ámbitos y libertades (prohibición de abrir las tiendas los domingos).

A mí, por contra, el liberalismo cada día me convence más. Ojo, no el liberalismo llevado a su extremo (anarco-capitalismo), sino un modelo de estado mínimo.
En buena parte, porque la explicación a las cosas se basa en hechos reales y en como funcionan las personas, y no en unos deseos bienintencionados pero insostenibles.

Anónimo dijo...

Pues precisamente yo creo que, por como son las personas, el liberalismo no se sustenta. Me explico. Creo que el liberalismo sería una buena idea si todos fuéramos muy inteligentes y tomáramos siempre buenas decisiones. Pero hay mucha gente muy tonta, y mucha gente que se equivoca.
En una visión de "estado mínimo" la sanidad es privada, y cada uno decide si quiere hacerse un seguro o no. Muchos tontos que no se hacen un seguro terminan teniendo problemas, por no hablar de los que no tienen recursos económicos. Un sistema de Seguridad Social como el que tenemos en España es útil para esa gente.

En ciertos aspectos, entonces, yo interpreto el liberalismo como "la ley de la selva", el más fuerte prevalece. ¿Qué hace el liberalismo por los débiles y los tontos?


Un saludo.

--
James Bond

pululante dijo...

Contestado aquí:
http://pululante3.blogspot.com/2009/03/proteger-los-tontos-garantia-de.html