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martes, 9 de septiembre de 2008

Aprendiendo de la historia

De la serie Hacia 1984

Leo en Escolar.net (las negritas son mías):

La Stasi no cayó a la vez que el muro de Berlín. Aquella siniestra policía del pensamiento aguantó casi dos meses más, y en ese tiempo se llevó a la tumba muchos de sus secretos. Tras el 9 de noviembre de 1989, el día en el que las dos mitades de Berlín volvieron a abrazarse, las trituradoras de papel funcionaron sin descanso en la sede de la policía secreta de la Alemania soviética. No pararon hasta el 15 de enero de 1990, cuando miles de manifestantes tomaron al asalto el edificio al grito de “entregadnos nuestros expedientes, nos pertenecen”.

Algunos historiadores creen que aquel 15 de enero no fue un día heroico sino, en realidad, la fecha del último crimen de la propia Stasi. En la RDA, una de cada cincuenta personas espiaba a sus vecinos para la policía secreta. Sus nombres estaban guardados en aquel edificio. Entre los asaltantes, además de honrados berlineses, también había muchos cómplices del régimen que querían entrar en el archivo para eliminar su propio pasado. Para borrar la memoria.

Pero ni el asalto del 15 de enero ni los dos meses de trituradoras bastaron para destruir el ingente archivo secreto de la Stasi. El monstruo no tuvo tiempo para devorarse a sí mismo. El nuevo Gobierno salvó toneladas de documentos, 33 millones de páginas guardadas en 20.000 bolsas de plástico, que el gran hermano no pudo deglutir.

Hoy, la antigua sede de la Stasi en el numero uno de la calle de los Normandos, en Berlín, alberga un museo de la memoria. Desde 1992, los alemanes pueden consultar, de forma confidencial, su expediente. La mayoría de los datos que aparecen en estos ficheros son, en apariencia, irrelevantes: qué marca de tabaco fuma, qué prefiere para comer. Servían para doblegar la voluntad del interrogado, pues si la policía sabe hasta el color de la ropa interior ¿qué secreto se puede ocultar?


No dejemos que se repita la historia. No importa en manos de quién estén estos datos y estos ficheros. Si no existen, no podrán ser usados en tu contra. Si en aquella época se amontonaron tal cantidad de datos ¿qué no serán capaces de compilar con la tecnología actual?

"¡Pero si yo no tengo nada que ocultar! No me importa que acumulen esos datos si me dan más seguridad" Ésta es la falacia más habitual que se esgrime en favor de permitir la acumulación de datos por parte del Estado. Hazte estas preguntas: si acumular todo tipo de datos sobre todos los ciudadanos es la actividad favorita de las dictaduras y los fascismos ¿por qué crees que va a ser bueno que lo haga cualquier Estado? ¿No deberían nuestros Estados, supuestamente tan democráticos y con garantías jurídicas, hacer todo lo contrario que las dictaduras y fascismos?

Sólo saber que están recopilando datos sobre tus actos te provocará miedo. El miedo hará que dejes de hacer ciertas cosas, de hablar de ciertos temas, de relacionarte con personas que están siendo vigiladas. Quizá sean cosas triviales al principio, quizá al principio sólo afecte a un número reducido de personas. Pero la historia demuestra que estos sistemas de control y vigilancia tienden a crecer y crecer y abarcarlo a todo y a todos.

Al final siempre pierde el mismo: tú, que te has quedado sin libertad.



Todo miembro del Partido vive, desde su nacimiento hasta su muerte, vigilado por la Policía del Pensamiento. Incluso cuando está solo no puede tener la seguridad de hallarse efectivamente solo. Dondequiera que esté, dormido o despierto, trabajando o descansando, en el baño o en la cama, puede ser inspeccionado sin previo aviso y sin que él sepa que lo inspeccionan. Nada de lo que hace es indiferente para la Policía del Pensamiento. Sus amistades, sus distracciones, su conducta con su mujer y sus hijos, la expresión de su rostro cuando se encuentra solo, las palabras que murmura durmiendo, incluso los movimientos característicos de su cuerpo, son analizados escrupulosamente. No sólo una falta efectiva en su conducta, sino cualquier pequeña excentricidad, cualquier cambio de costumbres, cualquier gesto nervioso que pueda ser el síntoma de una lucha interna, será estudiado con todo interés. El miembro del Partido carece de toda libertad para decidirse por una dirección determinada; no puede elegir en modo alguno.
George Orwell - 1984


Foto AGB stamp por towo (licencia CC:by-nc-sa)

jueves, 14 de agosto de 2008

Hacia 1984

Si no se os ponen los pelos de punta con la nueva legislación que pretende introducir el gobierno del Reino Unido, entonces esta sociedad merece su futuro: dejar de ser una sociedad democrática y libre para convertirse en una sociedad policial y ordenada. Ordenada desde el poder, por supuesto.

Snooper's charter' to check texts and emails

La ley obligará a las compañías a guardar los datos de los emails que envíes, todo tu historial de navegación por Internet e incluso registrar tus llamadas por VoIP. Por otra parte la ley permitirá a una miríada de organismos públicos acceder a esos datos sin necesidad de supervisión judicial. Incluso a los organismos más lejanos en funciones a la investigación de delitos terroristas, que es la excusa que sirve para implantar este tipo de medidas, como por ejemplo Hacienda o la Seguridad Social.

When the measure was floated after the London bombings in 2005 by the then home secretary, Charles Clarke, it was justified on the grounds that it was needed to investigate terrorist plots and organised crime. But the Home Office document makes clear that the personal data will now be available for all sorts of crime and public order investigations and may even be used to prevent people self-harming.


Esta frase de otro artículo define muy bien la situación actual de pérdida de los valores que definen (¿definían?) a nuestra sociedad occidental:

It seemed to me that the essence of our civilisation hung in the balance as, one by one, those values by which I thought we were defined - freedom of the individual, habeas corpus, the right to privacy, the right to jury trial - came under attack from our own governments.


Y si bien esta ley es del Reino Unido, es el resultado de la trasposición de una directiva europea. Eso significa que en breve tendremos una ley similar en España.

La telepantalla recibía y transmitía simultáneamente. Cualquier sonido que hiciera Winston superior a un susurro, era captado por el aparato. Además, mientras permaneciera dentro del radio de visión de la placa de metal, podía ser visto a la vez que oído. Por supuesto, no había manera de saber si le contemplaban a uno en un momento dado. Lo único posible era figurarse la frecuencia y el plan que empleaba la Policía del Pensamiento para controlar un hilo privado. Incluso se concebía que los vigilaran a todos a la vez. Pero, desde luego, podían intervenir su línea cada vez que se les antojara. Tenía usted que vivir -y en esto el hábito se convertía en un instinto- con la seguridad de que cualquier sonido emitido por usted sería registrado y escuchado por alguien y que, excepto en la oscuridad, todos sus movimientos serían observados.
George Orwell. 1984.

miércoles, 13 de junio de 2007

El secreto de tus comunicaciones, en peligro

En España un Juzgado ha lanzado una consulta al Tribunal Europeo ante la petición de Promusicae para que Telefónica a revelase la identidad y la dirección de determinados clientes que compartían música y de los que conocía la dirección IP de sus ordenadores.

Telefónica se negó a dar esos datos ya que sólo afectaba a un proceso civil, y entendió que debía guardar la confidencialidad de esos datos a no ser que hubiera un proceso penal.

Esperemos que cunda la cordura y que los intereses particulares de una sociedad privada no estén por encima de derechos constitucionales. Pruébese que existe un delito y entonces que el juez (y sólo el juez hasta que se pruebe el delito) conozca los nombres de esas personas. Promusicae no tiene por qué saber mi nombre. Ni el tuyo.

En Irlanda, la IRMA (la $GA€ de allí) ha conseguido que un tribunal obligue a seis proveedores de acceso a identificar a 23 personas acusadas de compartir ilegalmente archivos. (Vía Digital Entertainment Piracy)

Por lo que se desprende de la noticia, el intercambio de archivos de forma ilegal (de acuerdo a las leyes irlandesas) está probado y aunque sea un proceso civil el tribunal ha ordenado la identificación de las personas.

En los EE.UU. una juez ha ordenado a los responsables de TorrentSpy que monitorice y grabe la actividad de sus usuarios incluso sin el consentimiento de éstos. Estos informes de actividad podrían ser remitidos posteriormente a la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA) para así facilitarle su batalla contra la ‘piratería’.

Aquí muy al contrario no se trata de perseguir presuntos delitos. Se trata de tener monitorizados a todos los usuarios de una web para intentar descubrir algún delincuente entre ellos. Es, en definitiva, poner a todas las empresas a trabajar para el lobby del cine, y el hacer que todos los ciudadanos estén vigilados por la entidad privada MPAA. Por si acaso...

Estoy seguro de que esta última decisión se salta unos cuantos preceptos constitucionales. Pero que es eso al lado de unas empresas con mucho dinero y muy buenos abogados. No es de extrañar en un país que aprueba medidas como ésta y nadie se escandaliza.

PD. Al hilo del último enlace llego a otro interesante artículo en el que se analizan medidas tomadas en situaciones excepcionales (guerras, terrorismo, etc.) y que sin embargo cuando se acaban esas situaciones excepcionales las medidas siguen ahí ya que favorecen el control y manipulación de la población.
Por eso hay que tratar de impedir que hagan leyes "por nuestro bien", ya que finalmente el único bien que cuidan es el suyo propio.

Más referencias:
- Al final tendremos que apoyar a Telefónica

Cartel "La Propiedad Intelectual perpetúa el Estado de la Policía Intelectual" por factoryjoe (licencia CC:by-nc-sa)